CAPITULO 17. Liderazgo de AZPEDI. Proactivo y comprometido con la inclusión.

Después de nuestro regreso de la Olimpiadas Especiales en Irlanda nos enfrentamos con la realidad del entorno que rodeaba a todos aquellos atletas con capacidades diferentes que hacían vida deportiva en nuestro país, al observar el esfuerzo – y la fatiga – realizado por las familias para reunir los recursos necesarios para la participación de nuestros hijos en el magno evento, nos dimos cuenta que faltaba una pieza, que no sólo limitaba el fortalecimiento de Pablo como representante del talento zuliano y Venezolano en eventos nacionales e internacionales, sino que también, la posibilidad de que otros niños y jóvenes en su misma condición, encontrarán en el deporte su talento y pudieran cambiar sus vidas. No había una organización deportiva en Venezuela que cumpliese con las ordenanzas jurídicas del país. 

En una entrevista a un reportero de la prensa nacional Luis padre diría: “Pablo ésta preparado para darle mucho a nuestra región y a Venezuela, y creo firmemente que hay talento por descubrir en escuelas y centros educativos dirigidos a esta población, más para ello se requiere un trabajo de sensibilización a padres y a las comunidades educativas y a la población en general. Que se abran a la inclusión, que se abran a esta y a otras disciplinas deportivas, en esa meta estoy comprometido, con la certeza de que es posible.”

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Convertir esta mencionada limitación en una oportunidad de apertura para otros niños y jóvenes zulianos se convirtió en nuestra meta, y en la cual Luis dedicó una enorme cantidad de energía y tiempo. En este esfuerzo convergieron otros aliados que compartieron este sueño y después de cumplir con los requerimientos del estado Venezolano, del Instituto Nacional de Deportes (IND) y del Instituto Regional del Deporte (IRDEZ) se conformó la primera junta directiva de la incipiente organización deportiva denominada AZPEDI (Asociación Zuliana Polideportiva Para Personas Con Discapacidad intelectual) conformada por: Luis Pimentel como presidente, Jaime Viloria – Vicepresidente, Amancio Gutiérrez – tesorero, Luis Martínez y Roberto Polanco – vocales, se contó además con el asesoramiento legal de la abogada Mariela Rincón y el apoyo incondicional de la directiva del Colegio Bellas Artes.

Una vez formada AZPEDI a finales del 2004, el siguiente paso de Luis fue, visitar todas las escuelas especiales de la zona educativa en las cuales dentro de sus actividades se practicara algún deporte, entrevistandose con directores, profesores de deporte y padres, motivándolos a entender la necesidad de brindar a niños y jóvenes la oportunidad de mejorar su calidad de vida a través del deporte, explicaba los beneficios físicos, espirituales, emocionales a los cuales se debía aspirar, y promovió la inclusión, la integración y la socialización de sus vidas, siguiendo los postulados universales de igualdad de oportunidades y respeto así todos los seres humanos sin contar las diferencias.

Inicialmente, teniendo la figura de Pablo como ancla y motor, se incorporaron dos jóvenes nuevos en la especialidad de natación, en enero del 2005, tras mucho esfuerzo, AZPEDI fue reconocida por el Instituto Regional del Deporte del Estado Zulia, la organización reunía bajo su tutela a jóvenes con Síndrome de Down, Autismo y Discapacidad Intelectual y agrupaba dos especialidades deportivas: atletismo y natación. Un poco más tarde los esfuerzos por motivar a la práctica de deportes en centros educativos se verían recompensados con el ingresó de seis jóvenes en natación y otros seis en atletismo a finales del 2005. Recordamos las dificultades atravesadas al comienzo de AZPEDI, y el grande esfuerzo de la junta directiva que trabajó con una voluntad férrea salvando obstáculos y que lleno de esperanzas a los jóvenes atletas que se iniciaban. 

Ya consolidada esta iniciativa en el Zulia, se fue extendiendo a otros estados, fungiendo como soporte y apoyo para la creación de asociaciones similares en los estados Lara, Carabobo, y Anzoátegui. Todos estos, sumados a las estructuras pre-existentes, una vez conformados y legalizados, sentaron las bases para la confirmación de la Federación Polideportiva para Personas con Discapacidad Intelectual (FEVEPODIN) teniendo como función agrupar a las asociaciones regionales y planificar los eventos deportivos de las diferentes disciplinas en el país y a nivel internacional. También se legalizó el Comité Paralímpico de Venezuela – del cual Luis formó parte – una vez cumplidos los procesos legales, este hecho trajo el reconocimiento de los organismos nacionales e internacionales del deporte especial. 

Se crea así, el primer equipo de natación de jóvenes con Síndrome de Down y Discapacidad Intelectual y Autismo, de la mano del entrenador Amancio Gutiérrez, la presencia invaluable de Jaime Viloria y el soporte de los entrenadores Gerardo Este y Juan Carlos Marín quienes acompañaron este proceso inicial en la piscina del Colegio Bellas Artes, paralelamente el grupo de atletismo hacía sus prácticas en el Estadio de Pachencho Romero. 

Fue un trabajo intenso, que marcó un antes y un después, partiendo desde el ejemplo y la presencia de Pablo en el deporte y de sus logros a nivel nacional e internacional, así como del alto nivel de exigencia y rendimiento – al igual que otros atletas convencionales – lo constituyeron como un modelo de inclusión, ganándose el respeto y el afecto de los zulianos y del mundo acuático por su manera de asumir este compromiso. Con esta referencia se tenía en Pablo una fuente de inspiración para creer que los jóvenes que se iniciaban en la disciplina deportiva podían asumir el reto, teniendo la voluntad y la motivación para enfrentarlo.

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En este contexto se realizan los primeros Juegos Para-Panamericanos que tenían a Venezuela como país anfitrión y con la participación de Colombia, Brasil, Argentina y México presentes en la ciudad de Barquisimeto, estado Lara. Este primer encuentro con países hermanos fue un éxito en planificación, organización y logística con una excelente atención a los atletas y delegaciones, lo cual significó un espaldarazo a las asociaciones regionales y la Federaciones deportivas apenas creadas. En este evento se dieron cita todas las modalidades del movimiento paralímpico, esto es, movilidad reducida, atletas en silla de ruedas, invidentes y discapacidad intelectual, entre otros, y por ser Venezuela país anfitrión se hizo una excepción y se permitió la participación de dos atletas con síndrome de down, aún hoy, la categoría de Síndrome de Down no es considerada dentro del movimiento paralímpico en el mundo.

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Fue un evento de alto nivel, exigente en las marcas y al cual asistieron los mejores atletas, fue avalado por organismos nacionales e internacionales. Pablo logró una medalla de bronce en 50 metros espalda. En los eventos de natación que siguieron en los años sucesivos se evidencia que sólo el trabajo constante y el compromiso de la tríada atleta + entrenador + padres, dan los mejores resultados. Nosotros como región contábamos con el más comprometido de los entrenadores y con un liderazgo proactivo, eficaz y comprometido en seguir trabajando por la inclusión.

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