Con la mirada puesta en este nuevo desafío, el IV Campeonato de Natación Síndrome de Down en Albufeira, Portugal 2008, su equipo interdisciplinario se volcó a ofrecerle un apoyo incondicional en este nuevo compromiso internacional, facilitando la disposición de Pablo para enfrentar la demanda del entrenamiento en agua (dos sesiones al día durante 5 días a la semana y los sábados en la mañana por 2 horas), a cuya rutina se sumaba el entrenamiento físico en el gimnasio y las consultas de seguimiento con los demás especialistas, Pablo mantenía su dedicación intacta, consciente del trabajo por hacer y un equilibrio mente – cuerpo – espíritu, necesarios para su mejor desempeño.
Desde las palabras de Andrés González, su Psicólogo “ Es difícil saber a ciencia cierta quién aporta a quién en el ambiente terapéutico y por eso creo que existe cierta permeabilidad entre quién funge como consultor y quién es consultado. Fue con Pablo Pimentel, con quien muchos moldes se rompieron ante mis ojos, fue con él con quién la humanidad cobró un matiz más allá de lo científico, las teorías de lo normal o anormal se invalidan ante los cuestionamientos y aportes de un ser sin pretensiones ni egos, que antepone un “nosotros” a un “yo”, o a un “lo mío ”. El “no ego” fue la clave para no hallar resistencia en su acatamiento a las recomendaciones en el proceso, que permitía trabajar con la certeza que el lo acogía y lo ponía en práctica. He tenido el honor de ser parte de su equipo asesor como psicólogo deportivo sin embargo mi mayor tesoro es contar con su amistad porque Pablo es el atleta más valiente y centrado que me ha tocado asistir.“
En este sentir afirmamos que hay aspectos de la personalidad de Pablo que nos maravillan, y que el trasmite de una manera transparente a las personas que pasan y han pasado por su vida. Es su ser persona, el respeto con el que asume sus compromisos, siempre consciente del trabajo por hacer, sin quejarse o lamentarse del esfuerzo realizado, con la fe y la voluntad de mejorar, exigiendo a sí mismo un trabajo de calidad.
Así, en esta dinámica se desenvolvio su preparación para el mundial, a finales de noviembre del 2008 viajamos a Caracas rumbo a Oporto con enlace a Albufeira. Pablito y su entrenador Amancio Gutiérrez se unieron a la delegación Venezolana y volvimos a encontrarnos en el Aeropuerto de Maiquetía donde coincidencialmente viajabamos en el mismo vuelo, pero cada quién por su lado.
El campeonato reunió a 200 atletas de 24 países en las piscinas Municipales de la población costera de Albufeira, al Sur de Portugal.
El campeonato estaba dividido en dos secciones, una primera parte servía como jornadas de clasificación, para después llegar, dependiendo del tipo de prueba, a las finales del campeonato mundial. En las jornadas de clasificación Pablito se alzó con tres medallas doradas (25 mt espalda, mariposa y libre) y una de plata (25 metros pecho) y clasificó para las finales del mundial en 50 mts espalda, 50 mts libre y 100 mts combinado.
Los resultados de esta jornada final fueron: 4to lugar en los 100 metros combinados en una competencia muy reñida y emocionante por la excelencia de sus nadadores competidores, en los 50 metros libre ocupó el 7mo lugar. En la prueba de los 50 espalda, aun cuando ocupó el primer lugar y todos pensamos que obtenía su medalla dorada, escuchamos la notificación en los altavoces de una descalificación, era Pablo, una experiencia muy dolorosa para Pablo y su entrenador. Que paso? El reglamento de la disciplina para este estilo exige que se cuelgue una línea de banderines a 5 mts de la pared de tal manera que el nadador tenga un aviso de su proximidad para el viraje. Pablito conocedor esta regla no se dio cuenta, ni su entrenador, ni su hermano que estaban cerca le alertaron que habían dos hileras de banderines, por lo que Pablo una vez pasó el primer banderín, contó 5 brazadas para girarse, al no encontrar la pared de frente a él vaciló un segundo antes de continuar, este pequeño gesto le valió la descalificación y su mayor preocupación, en llegar hasta el llanto, era defraudar a su equipo asesor.
Yo que observaba desde lejos percibí el detalle de los dos banderines pero me era imposible acercarme por las reglas estrictas de los espacios, así que sirvió de aprendizaje, no dejar nada al azar y nada por sabido, estar alerta siempre, eso pudo hacer la diferencia en esta prueba.
Después de drenar su tristeza y rabia recibió un diploma de reconocimiento al entrar al ranking mundial entre los mejores atletas del mundo.
Finalizado el campeonato Pablo con permiso de la delegación se unió a nosotros y viajamos a Lisboa, ya más relajados disfrutamos la ciudad, conocimos la plaza Rosa de los Vientos y El Monumento a los Descubrimientos, la puerto de salida de los conquistadores portugueses hacia el África y América del Sur, el paseo de la 7 colinas y los famosos ascensores en el centro de Lisboa, el Centro Cultural de Belém, visita obligada por el amor a las artes que hemos incentivado en nuestros hijos desde pequeños y el área de la antigua expo de lisboa del año 1998, donde se encuentran grandes obras de arquitectura contemporánea.
Recorrimos la ciudad antigua con su arquitectura, sus café, sus pequeñas calles y los tranvías que la atraviesan, espacios que marcan un pasado, así como la ciudad nueva con sus centros comerciales y la vida en acción de sus habitantes sin olvidar la visita a los famosos pasteles de Belem, ya de regreso Pablo nos enseñó que él sigue mirando hacia el mañana sabiendo que abran nuevos retos y vivencias en su porvenir. Esto es su combustible, eso que lo hace ser un constante luchador a prueba de todo, es la fe, su esperanza en la vida. Nosotros su familia, sus amigos, y todos ellos que hemos ayudado a darle fuerza hemos conseguido como resultado que Pablo encontrará su propósito de vida, una pasión que lo hace ciego ante los obstáculos, y le permite entregarse completamente.