Después de permanecer en reposo médico y fuera de compromisos deportivos, a su regreso es seleccionado para ser el abanderado de la Delegación Zuliana en los juegos Paranacionales Venezolanos, Año Bicentenario en Barquisimeto, Estado Lara. En estos juegos hicimos todo lo posible por permanecer cercanos a Pablo y nos hospedamos en el mismo hotel de la delegación, todavía estábamos muy sensibles a la salud de Pablo, pero él una vez más hizo su trabajo con la valentía de los que no se rinden y representó a la región con la dignidad de un zuliano.
Para el año 2012, es requerida su participación en el sexto Campeonato Mundial de Natación, organizado por DSISO (Down Syndrome International Swimming Organization) en Loano, Italia, del 15 al 23 de noviembre.
Nosotros teníamos claro que después de sus problemas de salud, Pablo no tenía las condiciones para tener una participación exitosa en ese mundial, no tenía el mismo nivel competitivo que en pasado lo había llenado de glorias, sin embargo, después de consultar con Pablo, con sus médicos y entrenadores, todos estuvieron de acuerdo con su participación, alegando que confiaban en su capacidad y que en realidad, retomar la competición, podría ser un estímulo positivo y aliciente, después de pasar dos largos años entre médicos, diagnósticos y por último terapias de rehabilitación.
En este contexto Amancio Gutiérrez, enlace de la Federación Venezolana Polideportiva (FEVEPODIN), deposita en Gerardo Este la responsabilidad de acompañar a Pablo y a Krisbelys (otro atleta síndrome de down del Zulia), así se continúa con el entrenamiento, aumentando exigencias de tiempo y kilometraje.
En palabras de Gerardo: “Para este nuevo reto en la vida deportiva de Pablo los dos hicimos un compromiso, esto implicaba un entrenamiento más riguroso y exigente en tiempo, había que entrenar dos veces al día, por seis días a la semana, más el entrenamiento en gimnasio, no fue nada fácil, Pablo había mermado condiciones, sin embargo nos llenamos de resiliencia, nos adaptamos a las condiciones, aprendemos y desaprendemos viejas creencias. Pablo me ayudó con su actitud positiva, sin claudicar ni quejarse, a cambiar y supe que aún no estando en su mejor momento, él crecía ante mis ojos con la voluntad de quien se sabe un campeón de vida. Fue una experiencia que marcó mi vida personal como atleta y entrenador, claro Pablo es uno de los atletas mejor formados en su condición en el país.”
Pudimos apreciar que para Pablo perseguir este nuevo reto fue muy revitalizante, era consciente del hecho de “estar de vuelta” en un evento de alto nivel competitivo, esto lo estímulo a sacar su espíritu combativo y competitivo y lo impulsó a imponerse por encima de sus miedos.
Llegada la fecha del mundial viajamos a Caracas, dejamos a Pablo y a su entrenador con la delegación del país, ellos viajaron a Loano, Provincia de Savona, situada a 60 Km de Génova en Italia, Luis Ignacio y yo viajamos en otro vuelo, en esta oportunidad su padre no pudo acompañarnos. En Loano fueron alojados en el hotel Village II, donde recibieron a las diferentes delegaciones como héroes, una excelente logística facilitaba el traslado al sitio de las competencias en la piscina de la comunidad Loano Doria Nuoto.
El evento reunió a más de 250 atletas con Síndrome Down de todos los países del mundo, las competiciones se dividen en dos sesiones diarias, con un día de descanso planificado para llevarlos en un corto viaje en tren a conocer el impresionante Acuario Di Genova y un paseo por las calles angostas y la plaza central de esta bella ciudad, allí pasaron un día especial y en relax, allí pudimos compartir un buen rato con Pablo y su entrenador.
Este mundial lo vivimos desde otra perspectiva, solo queríamos que Pablito estuviera bien, que pudiera soportar el frío que acosaba a Europa a inicios del invierno y que terminará las competencias. A pesar de todo logró llegar en tres pruebas de primero en su serie y le acompañó siempre la mejor actitud y sonrisa.
También fue importante el reencuentro de Pablo con sus amigos atletas, la solidaridad y consideración de compañeros de equipo lo abrazaron durante todo el evento, sobre todo de dos atletas del Estado Anzoátegui: José Gregorio y Javier, quienes estuvieron a su lado en todo momento.
Nosotros habíamos planificado quedarnos como familia por 10 días más, pedimos permiso a la delegación venezolana para que Pablo y su entrenador permanecieran con nosotros en Europa, pero esto no fue posible, así que ellos regresaron al país, Pablito se reencontró con su Papá en el aeropuerto de Maiquetía, de allí tomaron un avión para punto Fijo en el estado Falcón y se regalaron una semana en la playa y en visita a su tía malola y primos. Luis Ignacio y yo seguimos en Italia, entre Roma y Milán, disfrutando de estas ciudades llenas de belleza e historia. En ésta experiencia Luis fue tejiendo su sueño de realizar su postgrado de arquitectura en este país, visto como excelencia en las áreas de arte, diseño y arquitectura.
Volviendo atrás en el tiempo, creo que la mejor recomendación que recibimos en ese entonces, fue dejar que Pablito participara en ese mundial. Desde el punto de vista psicológico fue la cura que él requería, al verse de nuevo en acción con la adrenalina que despierta en él la competición.